jueves, 22 de febrero de 2024

Travesuras gatunas

 Los gatos, por lo general, son mas traviesos que los perros. Algunos gustan de saltar a las alturas y trepar por las cortinas. Mi gata siamesa Michi era una gran trepadora, me estropeó todas las cortinas, pero tenía gracia.

Michi saltaba a la cortina, trepaba y miraba hacia abajo, esperando que la cogiéramos con delicadeza. Era adorable. 

Mis jóvenes gatas Lilith y Sandy no son trepadoras ¡menos mal, mis cortinas no lo soportarían! pero hacen algo peor, son equilibristas: suben a la baranda del balcón, corren por ella, y saltan a una ventana. Se han caído las dos. La madre estuvo toda una noche, hasta que me abrió el vecino del patio. También saltan a todos los armarios de la casa.

El hermano de Leo

Leo tenía un hermano gemelo (blanco y anaranjado) Yo les llamaba "Zipi y Zape". Tenían la costumbre de trepar a un árbol del entorno donde se criaron. Eran preciosos.

Ahora Leo y Bastet hacen ejercicio por las alturas de su piso, luego se echan a la cama a descansar.

Peluso

Peluso es un gato blanco, de dos años, que vive con una amiga del ama de Leo y Bastet, y también está en buena forma. Aún es joven y no es muy diestro en el aterrizaje.

Cuenta el ama de Leo, que le contó la de Peluso, que estando tomando café con una amiga el minino bajó de las alturas y aterrizó sobre la merienda: tiró café, tazas... ¡Cómo pondría a las dos señoras! que bochorno, que desastre. ¡Y quien intenta castigar a un minino!  Solo dar unas voces las criaturas salen pitando.

A mi me han hecho estropicios similares muchas veces, aunque sin público y no tan graves. Ya acostumbro a llevar los líquidos con un plato de plástico amplio, por si salpica, y no lleno tazas y vasos, pongo papeles debajo y mantel de plástico, y les advierto: "Cuidado, no saltes aquí". 

Moisés no esta en buena forma para saltar desde muy alto, salta del suelo a la mesa de la sala de estar. Espero a que salte y luego pongo las cosas. Y las gatinas tienen mesitas para subir y bajar a los armarios, y al del dormitorio acceden por una cómoda, que tiene la cesta de Navidad. Bamby está demasiado gorda para saltar del suelo a una mesa, antes se sube a una silla.

Cuando hacen una trastada, Lucy se encarga de reñirles: les ruge y los persigue crotoneando como una cigüeña.

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