lunes, 1 de enero de 2024

Año Nuevo, petardos y travesuras

 

Sandy por las alturas

Ayer Lucy se asustó mucho con los petardos y me dejó sola, como en Nochebuena, con los gatos. Curiosamente estos no se asustan. Los mayores porque llevan ya conocen el sonido, saben que aquí no hay peligro. Y las jóvenes porque ven tranquilos a los mayores. Tampoco les asustaron las campanas de la iglesia y a Lucy si.

Así que pasé las dos noches con ellos, bien tranquilos. Y mirando a Lucy como si estuviera loca. Después de bastante tiempo, a la hora de la cena de la gente (yo ceno pronto) Lucy volvió al sofá. 

Me acosté a las 21 horas y salí poco antes de las 24, para mirar por la ventana los fuegos artificiales de la capital. Me acerqué al sofá donde descansaba Lucy con "un ojo abierto". Y le dije: "No te asustes, otra vez van a sonar petardos".

Con los petardos volvió a temblar. Pero nos vio a todos tranquilos. Y miró conmigo y con la gata más joven, por la ventana, los fuegos artificiales del otro lado. Se veían 3 o 4 lugares del Rollo, fuegos de colores. Y aquí cerca, en la terraza de un bar, tiraron unos petardos, se vio humo y se oía jolgorio. 

Lucy temblaba, le di unos masajes. Se fue tranquilizando al vernos a los demás. Y la gatita pasaba junto a su morro como diciendo: "¡Tan grande y tan boba!".

Y hoy Sandy ha demostrado que es toda una gata, como su madre. Primero ha subido al armarito de la cocina. Ha soltado unas pelusas y me he fijado en una telaraña. Luego ha subido con ella su madre Lilith, que nunca había subido ahí. 

Y después Sandy ha subido a las estanterías de la sala de estar, por primera vez. Algo que hace Lith de vez en cuando, pero hoy ha preferido ocupar una silla mullida al Sol. Mientras sonaba el Concierto de Año Nuevo.



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