sábado, 18 de noviembre de 2023

Familia plurianimal

 


Lilith y Sandy descansan juntas. Casi siempre es la hija la que va junto a la madre y se apoya en ella. Lilith está más a gusto sola, porque "la niña" ya debe pesarle, pero la soporta con paciencia, incluso la acicala como si fuera un cachorrillo. Y la peque también a veces asea a su madre, lo suele hacer cuando la nota molesta y así refuerza su vínculo.


Lilith y Sandy echan la siesta después de haber comido buen plato de carne de pollo asado. Lucy ha comido muy poco. Entre la pequeña y Moisés han comido lo que la perrita ha dejado. Sandy intenta crecer, hacerse grande y fuerte, más que su madre. 
Sandy come más que Lucy que es 6 veces mayor que ella ¡Que verdad es lo que me dijo una veterinaria!: los perros comen menos que los gatos. Y así ha sido siempre. Y además, los perros son algo omnívoros.

Lucy junto a las gatinas

Esta mañana Lucy ha comido un poquitín de foi-gras, unos trocitos de queso fresco, unos cuantos trozos de galletas (que pico para los pájaros) Es lo que más ha comido, se me lanza a comer galletas, tengo que sostenerla. Luego muy poca carne de pollo y trocines de otra clase de queso, para que basifique el bolo alimenticio. Y a descansar en el sofá.


A Lilith le gustan los documentales de TVE2 cuando aparecen animales. Le interesan los gatos salvajes, los topillos, los ratones. Se acerca a la tele y toca la pantalla. A veces va por detrás y tengo que reñirle porque roza los cables. Últimamente ha comprobado que por detrás no hay nada, no se puede entrar a ese mundo misterioso que aparece por delante.
La hija no tiene esa curiosidad, porque no ha experimentado la vida en campo abierto. Solo conoce el interior de casa, el balcón y el patio vecinal. 
Cuando se cansa de la tele, Lilith vuelve junto a su hija y descansa. Aquel mundo peligroso que sufrió queda lejos.

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