viernes, 27 de octubre de 2023

"La ventana indiscreta"

Los gatos caseros suelen pasar gran parte del tiempo, que están despiertos, mirando su entorno, fuera de la vivienda

Recuerdan a la película de Alfred Hitchcok, "La ventana indiscreta". Trata de un hombre que ha de guardar reposo por una pierna escayolada y se entretiene mirando a sus vecinos. 

Leo mira a través de su ventana.

El último piso en el que vivimos en Salamanca, en la parte alta de la ciudad, era un tercero con 3 aberturas a una plaza ajardinada: un gran cristalero en el salón y 2 balcones, los  dormitorios. Pequeño pero agradable.
Teníamos entonces a la pequeña Atila (5´2 kgrs) bella mezcla de pequinés y caniche.


Atila joven, hacia el 2000 (nacida 13 abril 1997)


Una tarde-noche, al volver a casa del paseo mamá me dijo que había visto una lucecita roja entre las patitas de la pequeña.
- ¿Que puede ser eso?-  preguntó mama.
Yo me asusté.
- La proyección de un rifle para disparar.
En el film de Hitchcok el malo asesina al perrito ¡Mi pobre inocente!

Resulta que en un bajo de nuestra casa había una mujer trastornada que nos tomó tirria desde el principio. Andaba refunfuñando, quejándose que la perrita se meaba al salir del portal y que le subían los olores.

Nos dimos cuenta que bajo su ventana se meaban todos los perros machos que pasaban. Atilín hacía pis mas allá, cerca de la hierba.
Le dije que no estaba acostumbrada a un jardín y que se acostumbraría pronto. Y así fue, a las dos semanas ya llegaba a la hierba, setos y árboles, donde ella hacía con discreción.

Otoño 2009


Pero aquella mujer siguió intrigando contra nosotras.
El administrador nos envió una carta advirtiéndonos que pedirían al propietario que nos echase pues nuestro "perro" molestaba "gravemente" a los vecinos. No era verdad. El resto de la gente era muy amable, Atilin no molestaba a nadie.

Me contaron muchas cosas malas de ella. Los inquilinos no paraban en aquella casa por su culpa. La tomaba con los que creía más débiles. Una mujer mayor me contó que se cambió de casa, al poco de llegar, porque la loca tiraba basura a su terraza y le amenazaba, y no sabía porqué se portaba así con ella. 

Atila 2013

La "loca" estaba siempre asomada a la ventana. Y en tiempo frío vigilando tras los cristales. Mamá tenía miedo de salir de casa. Antes salíamos las 3 y nos sentábamos en la Plaza. Luego si salíamos íbamos por otro lado y salíamos por un portón lateral a la otra calle, lo más rápido posible.
- Cómo ando lenta nos puede pegar un disparo fácilmente
- ¡Pobre Atila, inocente, que no hace mal a nadie! Son otros perros los que le mean. 
Se la veía intentando revolver a los vecinos contra nosotras, como había hecho con anteriores inquilinos, pero no le hacían caso y su rabia aumentaba.

Decían que estaba amargada porque su marido era minusválido y le había quedado poca pensión. Hay envidias por tonterías. Éramos gente modesta la de esa casa. Y se metía con las viudas, las de menor pensión, porque no se atrevía con las que tenían marido, aunque eran éstas las que de verdad odiaba.
Su piso era más pequeño que los demás, por el portal, y tenía vistas muy bajas. Seguramente apetecería pisos superiores, más caros, fuera de su alcance. Era propietaria. Y espantaba hasta a inquilinos de los bajos. Su acoso carecía de lógica. Era peligrosa.

Nos llegó el dinero que nos debían y busqué vivienda lejos de allí.

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