Algunos perros se aterrorizan con los ruidos fuertes. Odian los petardos y les disgusta el sonido de las campanas de las iglesias. Yo les doy la razón respecto de los petardos, pero las campanitas de esta iglesia de pueblo dan alegría, ahora que se escuchan tan pocas veces al año.
Lucy asustada durante la procesión, se refugió primero bajo la cama y, después, quizás al ver que ninguno de los gatos se inmutaba, pasó a la salita de estar, aunque siguió temerosa un rato.
Las gatinas apenas se asustaron, viendo que los gatos mayores ni se inmutaban, incluso salieron al balcón para ver tanta gente que se juntó en la plaza para ver la procesión de San Blas (Y queda la fiesta de Santa Águeda, el lunes 5) Luego las jovencitas volvieron a dormir al Sol.
Lucy y yo salimos de paseo, ella ya tan normal. Algunos perros conocidos del entorno quedan traumatizados con los petardos mucho mas tiempo, y contra mas grandes mas "caguetas".
Le pilló al Tolki, un labrador negro conocido de Lucy, comenzar los petardos cuando el pasaba con su amo. Y éste lo tuvo que llevar a casa a rastras, de lo asustado que iba ¡Pobre criatura! ¡que pena dan cuando les pasa algo así! Hoy ya no le quedaba recuerdo de su "canguelo" y le hemos visto normal.
A Lucy, cuando le pillan los petardos por la calle se asusta pero no mucho. Cuanto mas pequeños los perros mas valientes. Los pequeños son mas atrevidos y más inteligentes. Se deben fijar en que sus amos no se asustan y ellos intentan imitarles.
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